En un laboratorio de la Universidad Emory, en Atlanta, EE.UU., se realizó uno de los más complejos estudios que se hayan realizado sobre la cognición de los perros, con la intención de entender cuál es la capacidad de procesamiento de estos animales con respecto a las palabras que les decimos.
Todos los que tienen perros creen firmemente que estos entienden las cosas que se les dicen, pero ¿será eso tan cierto?
Cuando dices “ardilla”, por ejemplo, ¿se pone alerta el animal? ¿Tal vez incluso correr a la ventana en busca de una ardilla en el patio? Hasta ahora, no está claro si el cerebro del perro procesa esta palabra como una orden para “poner atención” o si se imagina realmente a un roedor de cola peluda corriendo afuera.
“Muchos dueños de perros piensan que sus perros saben lo que significan algunas palabras, pero realmente no hay mucha evidencia científica que lo respalde”, dice Ashley Prichard, candidata a doctorado en el Departamento de Psicología de Emory y primera autora del estudio. “Queríamos obtener datos de los propios perros, no solo los informes de los propietarios”, agregó.
Basándose en esos datos, el equipo descubrió que el mejor amigo del hombre tiene al menos una comprensión rudimentaria del significado de algunas palabras, capaz de diferenciar entre las que han escuchado antes y las nuevas frases.
“Sabemos que los perros tienen la capacidad de procesar al menos algunos aspectos del lenguaje humano, ya que pueden aprender a seguir órdenes verbales”, según el neurocientífico de Emory Gregory Berns, autor principal del estudio. “Estudios previos, sin embargo, sugieren que los perros pueden poner atención en muchas otras señales para seguir un comando verbal, como la mirada, los gestos e incluso las expresiones emocionales de sus dueños”, aseguró el experto.
Comprensión canina
En asociación con los científicos de Berns, el Dog Project, que utiliza imágenes de resonancia magnética funcionales para estudiar la función cognitiva canina, el equipo reclutó a 12 perros de diferentes razas, entrenados por sus dueños para recuperar dos objetos diferentes según el nombre del artículo.
Durante un experimento, cada perro entrenado yacía en una máquina de imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) mientras su dueño decía el nombre de un juguete, al mismo tiempo que lo mostraba al animal.
Eddie (en la foto de arriba) escuchó a su dueño decir las palabras “cerdo” y “mono” mientras se sostenía el objeto correspondiente. Como control, la persona luego habló palabras incomprensibles y mostró nuevos objetos como un sombrero o una muñeca.
“Esperábamos ver que los perros discriminan entre las palabras que saben y las que no”, explicó Prichard. “Lo que sorprende es que el resultado es opuesto al de la investigación en humanos: las personas suelen mostrar una mayor activación neuronal cuando oían palabras nuevas que cuando oían las desconocidas”, dijo.
“Los perros pueden tener diferentes capacidades y motivaciones para aprender y comprender palabras humanas”, según Berns, pero también tiene mucho que ver la comunicación no verbal, al entender este estudio en contexto con otros estudios mencionados anteriormente, que concluyeron que los perros están más en sintonía con las señales visuales y olfativas que con las verbales.